El calificativo “posmoderno” es objeto de
interpretaciones varias, no es inusual tropezar con expresiones como: cultura
artística posmoderna, posvanguardia, después de la vanguardia, transvanguardia
y similares, todas parecen
remitir a un fenómeno común de la actividad artística.
Lo cierto es que
podemos observar una tendencia que intenta ocupar el vacío dejado por los
“ismos” vanguardias, surgiendo posteriormente actitudes que jalonean la
paulatina ruptura con la modernidad artística más consagrada.
La condición
posmoderna no abarca un conjunto de actividades artísticas homogéneas ni teoría
unificada. Tal vez uno de sus rasgos distintivos sea su carácter inasible. Esto
tiene que ver con la pérdida de una perspectiva privilegiada, ya sea con el
origen o con el futuro. Pareciera como si el artista actual no se sintiera
comprometido con la arqueología historicista de los “neos” ni con la escatología futurista de los
modernos.
-
Una
reconstrucción genealógica.
Frente a la metáfora
de la linea recta con la que se nos suele representar espacialmente la
modernidad, lo posmoderno no designa tanto un corte radical con la modernidad,
mas bien el autor opina que se continúan inmersos en una “modernidad inconclusa”, “insatisfecha”. Lo moderno ha muerto pero
el cielo de nuestro arte todavía
es calentado por él. Esto refiere a un posmodernismo
de deconstrucción mas que a un posmodernismo
de reacción o negación radical.
Las manifestaciones
artísticas parecen traslucir la primera actitud, como por ejemplo los
suprematistas.
Círculo negro (Kasimir Malévich, 1915).
Círculo negro (Kasimir Malévich, 1915).
Suprematism
(Supremus No. 58),
Malevich, 1916
Mario Merz.
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El descrédito de las
vanguardias y el declinar del proyecto.
Lo engañoso que era para la época la
proclamada unidad de la razón y la libertad, la estética y el arte se inscriben
en un proceso ambicioso de emancipación humana, con el fin de curar heridas de
las amenazas psíquicas crecientes, para reinstaurar la armonía interior rota
por un modo de vida cada vez más regido por la razón ó por el utilitarismo
imperante. (fragmentación social e individual que vislumbrara Schiller, la
división del trabajo delatada por Marx, amenazada por el “principio de realidad”
sobre el que reflexionaba Freud).
-
Esteticismo y vanguardia
En éste clima se advierten dos principios
artísticos
+ Se postula al arte como nuevo y único
principio de realidad desde el cual se legitima el mundo y nuestra propia
existencia (fetichismos del fin de siglo)
+ Enaltecer la realidad cotidiana o
material que nos rodea. (vanguardias heroicas del siglo)
En general las vanguardias cuestionaban la
entera “institución arte” tanto los problemas formales como las actitudes
éticas y sociopolíticas. Se ofertan a menudo cual guías morales o modelos
anticipatorios respcto a las realidades sociales y políticas. No se trataba
solo de interpretar al mundo sino de transformalo.
Arte povera.
Mario Merz.
A medida que aquel paisaje idílico de la
utopia se ve modificado por las contaminaciones empíricas concretas, por las
desventuras de la historia “socialismo real”, el arte se aleja de la
responsabilidad del destino de la historia, ya que el arte no vence la
realidad.
-Proyecto positivista y la utopía de la
sociedad del trabajo.
Las utopías son figuras progresistas en sus
primeras etapas, posteriormente se transforman en ideologías.
Muchos sinsabores del mundo artístico y el
declinar de las vanguardias como proyecto tienen mucho que ver con los rasgos
negativos negativos o contradictorios que se descubren en el paradigma del
progreso. Con el abandono de los “contenidos utópicos de la sociedad del
trabajo desaparecen ilusiones que hechizaron la conciencia que tuvo de sí la
modernidad”.
Por estas razones se suscita el descrédito
de las vanguardias artísticas, cunde el escepticismo sobre aquel insostenible
sucederse de ismos y alternativas excluyentes, proyectos insatisfechos.
En este clima comienzan a detectarse
actitudes que renuncian a los optimismos artísticos e implusan un reciclaje
hacia el interior de las prácticas artísticas. La lógica superior del proyecto
ha sido sustituida por la de mi “propia realidad”. Las espectativas
enmancipatorias parecen abandonar el macrosujeto revolucionario y recluirse en
lo microsocial.
Este nuevo escepticismo amoralismo
escandaliza no solo a las vanguardias heroicas, sino a las posiciones éticas
recientes. Amoralismo, escepticismo, resignación cinismo, nihilismo histórico,
desepción respecto a los ideales de las Viejas vanguardias y las ideas
totalizadoras, en suma carencia de espectativas, son algunas de las expresiones
mas socorridas para traslicir el sustrato que late en la actual escena
artística.
“La vanguardia es el mercado” afirmación
provocadora como reacción al economicismo reciente o a la illusion de los
“espacios alternativos”
LA MODERNIDAD Y SU ANVERSO
Enumeraría en modo indicativo, el
desmoronamiento del progreso en las
artes, la pérdida del entusiasmo por lo novedoso,
el quebrantamiento del experimentalismo
y el cambio de paradigma estético.
-Progreso y desarrollo desigual en las artes.
El triunfo de lo moderno, en ininterrumpido
pugilato con lo antiguo, rezuma desde la Ilustración una consciencia de la
modernidad como porgresión histórica. El progreso es extrapolado del ámbito de
las ciencias naturales y de la revolución técnica del arte.
Las formulas que atribuyen al arte una
evolución o avance lineal, son una meta final ubicada en ninguna parte. Desde
tal prisma, la historia artística tiende a ser leída en función del futuro.
Entre 1974 y 1977 se producen las refriegas
mas sonadas sobre la vigencia de los “viejos medios” y la urgencia de
reconducir toda experiencia artística a los “nuevos medios” conocidos con
expresiones como “medios alternativos”, Mediart, etc. La tendencia culminó en
la bienal de Venecia (1977) y, sobre todoen la Dovumenta 6 de Kassel (1977),
que estaría dedicada en gran parte a la fotografía, el filme experimental y el
video.
Para un observador de la escena actual, se
hace evidente que tanto las revisiones historiográficas sobre nuestro siglo
como un sentir muy extendido tienen que ver con este corte de los esquemas
linealesy con sus entrecruzamientos, reaccionan tanto contra el “progreso” como
contra recorridos exclusivistas, unilaterales, en una sola dirección.
-Perdida
de entusiasmo por lo novedoso y el experimento.
No menos distintivo en esta condición es la
pérdida de entusiasmo por el “valor de lo nuevo” el valor supremo que como
diría Rosenberg, había emergido en el arte moderno.