Sherrie
Levine (Pensilvania, 1947) se negó siempre a
inventarse sus propias imágenes. Actuó creando imágenes de otras imágenes
apropiadas que acababan variando el concepto de la creación original. A través
de la refotografía, como Prince, se apropió del trabajo de artistas masculinos
de los años 30 y 40 como Walker Evans y Alexander Rodchenko sin hacer
modificación alguna. Convierte las fotografías apropiadas en signos que subvierten la autoridad masculina del
artista a un nuevo papel femenino, que encaja al mismo tiempo con todas las
reivindicaciones femeninas de la época y la toma del poder por parte de la
mujer en el mundo del arte.
Un ejemplo de ello es su serie After Walker Evans, 1979, donde destaca el rostro de una mujer de
un trabajo fotográfico de Evans del 1936 dedicado a reflejar las familias
granjeras de una zona del país tras el crack del 29.
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