sábado, 7 de septiembre de 2013

Neoconcretismo

La ruptura neoconcreta en el arte brasileño remonta a marzo de 1959, después que el grupo de mismo nombre publica el Manifesto Neoconcreto [Manifiesto Neoconcreto], y se debe comprender en base al movimiento concreto en el país, que remonta a comienzos de la década de 1950 y a los artistas del Grupo Frente, en Río de Janeiro, y del Grupo Ruptura, en São Paulo.
 El contexto favorable al desarrollo de la creencia en la industria y en el progreso dicta el estilo de la época por la que se mueven los adeptos del arte concreto en Brasil. El programa concreto parte de un acercamiento entre el trabajo artístico y el industrial. Del arte se aparta toda connotación lírica o simbólica. La pintura, construida exclusivamente con elementos plásticos -planos y colores-, no tiene otro significado que ella misma. Menos que representar la realidad, la obra de arte evidencia estructuras y planos relacionados, formas seriadas y geométricas, que hablan por sí solas. A pesar de la pauta general compartida por el arte concreto en Brasil, es posible afirmar que la investigación de los artistas de São Paulo enfatiza el concepto de pura visualidad de la forma, a la que el grupo de Río de Janeiro opone una fuerte articulación entre el arte y la vida - que aleja la consideración de la obra como "máquina" u "objeto" -, y un énfasis mayor en la intuición como requisito fundamental del trabajo artístico.
  Contra las ortodoxias constructivas y el dogmatismo geométrico, los neoconcretos defienden la libertad de experimentación, el regreso a las intenciones expresivas y el rescate de la subjetividad. La recuperación de las posibilidades creadoras del artista - ya no considerado un inventor de prototipos industriales - y la incorporación efectiva del observador - que al tocar y manejar las obras se convierte en parte de ellas - se presentan como intentos de eliminar algún rasgo técnico-científico presente en el arte concreto. Los neoconcretos responden con la defensa del mantenimiento del "aura" de la obra de arte y de la recuperación de un humanismo.

LYDIA CLARK

Bichos (obras formadas por placas metálicas que permiten su manipulación gracias a un sistema de bisagras), los Trepantes (recortes en espiral, de metal o de goma)

 Lygia Clark, Bicho, 1960. Foto: Edouard Fraipont/Itaú Cultural



 Campo de Minas. Es un tablado de cuatro por cuatro metros con algunas partes imantadas. El visitante recibe un par de zapatos magnetizados y se desplaza por ese suelo, quedándose o no pegado a éste. En el mismo espacio se encuentra Cinto Diálogo, en el que cada persona recibe un cinturón con imanes e inicia con su pareja un juego de atraer y repeler.
 

Máscaras Sensoriais (Máscaras Sensoriales)

 

Objetos sensoriales.
 

 Rede de Elásticos (Red de Elásticos), en el que un grupo de participantes construye en conjunto una gran red, uniendo cientos de elásticos de manera particular, que luego se entrelazan para formar una especie de “cuerpo colectivo” que puede circular por el espacio. Según Clark, “el acto de coser la red se vuelve tan importante como utilizarla después que está lista”.

 

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